martes, 25 de mayo de 2021

CURIOSIDADES DE LAS CALLES DE MADRID

¿Sabes que las calles más conocidas de Madrid esconden leyendas sorprendentes?

En esta publicación queremos desvelar algunas de los secretos que esconden algunas de las calles más populares de nuestro Madrid castizo.

Calle de Rompelanzas, comunica la Calle Preciados con la Calle del Carmen. Con tan sólo 10 metros servía como atajo para las caballerías en el siglo XVI. Su nombre pone de manifiesto la facilidad con que los ejes de los carruajes se rompían. Los ejes llamados lanzas se rompían debido a los baches y estrechez de la calle.

Calle de la Pasa, se encuentra ubicada en el corazón del Madrid de los Austrias. El Palacio Episcopal en esta calle, repartía pasas a los mendigos, a lo que debe su nombre dicha calle. 

Otra de las historias referente a la famosa calle de la Pasa hace referencia al dicho popular "El que no pasa por la calle de la Pasa no se casa". En la España de los Austrias el matrimonio, sólo, tenía carácter eclesiástico lo que suponía que los prometidos que querían casarse tenían que pasar por la calle de la Pasa que era donde se situaba el Arzobispado.

Calle del Desengaño, una de las calles más antiguas de Madrid y colindante a la Calle Gran Vía. Cuenta la leyenda que dos caballeros se encontraban luchando por una bella dama cuando apareció una figura muy misteriosa que se abrió paso entre ellos. Los caballeros siguieron a la figura pero se llevaron un tremendo desengaño cuando comprobaron que la figura no se trataba de una bella dama sino de una momia. La calle debe su nombre al tremendo desengaño que se llevaron los dos caballeros.

Calle del Pez, ubicada en el barrio de Malasaña. Antiguamente, hasta el siglo XVII, la calle era denominada Fuente del Cura. El cura de Colmenar Viejo donó una fuente para adornar la calle a lo que se debió su nombre. La historia de la calle del Pez nos cuenta las vivencias de Don Juan Coronel y su hija Blanca. Don Juan, compró la calle con el objetivo de construir allí su vivienda. En la vía se encontraba un estanque con peces que poco a poco fueron desapareciendo hasta que quedó el último y que fue rescatado por Blanca, la hija de Don Juan. El pez murió después de varios días y Blanca quedó muy desolada por el suceso. Blanca ingresó en el convento Benedictino de San Plácido. Con motivo del suceso se labró en la fachada de su casa un pez como recuerdo y la calle tomó el nombre que hoy conocemos como la calle del Pez.

Calle de la Salud, ubicada entre la Gran Vía y la Calle del Carmen. El contexto que  debe nombre a su calle nos sitúa en el Siglo XV durante el reinado de los Reyes Católicos y una fuerte epidemia de peste negra asoló la ciudad. Curiosamente muchas de las personas que vivían en dicha calle sobrevivieron a la enfermedad gracias a su cosecha, ganado y sobre todo al acceso a las primeras fuentes de agua potable de la ciudad mientras que otras personas en otras zonas de la ciudad enfermaban. 

Calle de la Abada, ubicada en el barrio del Sol, distrito Centro, une la plaza del Carmen con la Gran Vía. La famosa calle representada por un rinoceronte encierra una leyenda de unos feriantes portugueses que en el siglo XVI llegaron a la ciudad de Madrid con dicho animal. Los feriantes realizaron el espectáculo y al terminar el rinoceronte fue ubicado en un cercado. Cuenta la leyenda que un vecino que trabajaba en un horno de pan decidió darle un pedazo de pan recién hecho lo que abrasó al animal. Tal fue su enfado que el rinoceronte mató al vecino y al escaparse dejó varios fallecidos. La Abada en portugués se utiliza para denominar al rinoceronte hembra lo que explica muy bien el significado del nombre de la calle.

Calle del Toro, situada en el barrio de la Morería, entre la Costanilla de San Andrés y la Plaza del Alamillo. La historia se remonta a la época en la que Madrid era gobernada por el musulmán Aliatar, enamorado de Zaida una bella morisca. Aliatar descubrió que la bella morisca se enamoró de un misterioso hombre que  curiosamente era el gran Cid Campeador. Aliatar, preso de la envidia mandó apresar al Cid Campeador que huyó de la ciudad, pero Zaida siguió enamorada de aquel caballero y por eso colocó las astas del toro en la fachada del callejón. Cuentan que cada vez que Zaida suspiraba las astas del toro mugían por el amor al Cid.

Calle de la Cabeza, situada en el barrio de Lavapiés, nos remontamos al reinado de Felipe III. Cuentan la historia que un hombre tras comprar la cabeza de un carnero en el Rastro, la metió bajo su capa y no se dio cuenta que tras él, iba dejando un reguero de sangre. Al seguir el rastro de sangre un alguacil le dio el alto y le pidió que le enseñara lo que llevaba pero su sorpresa fue enorme cuando la cabeza de carnero se había convertido en la cabeza de un hombre. La leyenda cuenta que todo se debió a una venganza divina. El hombre confesó su crimen e inmediatamente fue ahorcado. El caso misterioso fue el causante del nombre de la calle de la Cabeza.

Calle del León, ubicada en el Barrio de las Letras, famosa por ser la calle donde su ubicó el Mentidero de los representantes ( lugar de comediantes y literarios), donde murió Cervantes y nació Jacinto Benavente. Cuenta la leyenda que un señor turco por unas fuentes e indio, según, otros instaló allí su casa. El hombre vivía junto a un león enjaulado y ofrecía a los viandantes la posibilidad de visitar el león por el precio de dos maravedíes.

Calle del Espíritu Santo, situada en pleno barrio de Malasaña. Su nombre original era calle de la Cruz del Espíritu Santo. Según apuntan varias versiones que sitúan la leyenda durante el reinado de Felipe III en esta calle cayó un rayo. El rayo arrasó varias viviendas y hubo que lamentar varias muertes. Lo más extraño que envuelve la historia fue conocer que ni llovía, ni había tormenta cuando el rayo cayó. En recuerdo de las víctimas y de aquél terrible incidente se colocó una cruz de piedra con una paloma en el centro representando al Espíritu Santo. La cruz permaneció intacta hasta 1820. Tras su retirada el nombre de la calle permaneció intacto.

Tras desvelar estos curiosos y  bonitos secretos sobre las calles de Madrid que nuestro voluntario Salvador ha querido compartir con todos y todas,  nosotras queremos recordar al grande Lope de Vega con un soneto dedicado a la ciudad de Madrid.

Hermosa Babilonia en que he nacido,

 para fábula tuya tantos años,

 sepultura de propios y de extraños, 

centro apacible, dulce y patrio nido, 

cárcel de la razón y del sentido,

 escuela de lisonjas y de engaños,

 campos de alarbes con diversos paños.

Elisio entre las aguas del olvido. 

Cueva de la ignorancia y de la ira, 

de la murmuración y de la injuria, 

donde es la lengua espada de la ira.

 A lavarme de ti, me parto al Turia, 

que reír el loco lo que el sabio admira,

 mi ofendida paciencia vuelve en furia.

Lope de Vega, Rimas, 142.


Gracias por vuestras sugerencias y aportaciones, cuidaros mucho.


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