martes, 2 de marzo de 2021

ORIGEN DE LAS SEVILLANAS

En el día de hoy vamos a conocer el origen de las "Sevillanas" el cual se remonta a antes de la llegada del reinado de los Reyes Católicos. Sin embargo, no eran conocidas con este nombre sino como "seguidillas castellanas" aunque eran un poco distintas a la versión actual, con otra estructura y con un baile parecido a la jota aragonesa (con pequeños saltos). De hecho, la mayoría de los actuales palos flamencos (se habla de que hay más de 50) derivan de unos pocos, considerados “viejos” o “antiguos”.

Es durante el XIX, cuando empezaron a tomar forma hasta llegar a tener los pasos actuales, más aflamencados, aunque seguían sin estar definidas del todo.

De hecho, no fue hasta 1884 cuando el Diccionario de la RAE le dio el nombre de “sevillanas”, siendo por esta fecha cuando empezaron a popularizarse como baile predilecto de las ferias andaluzas.

Cinco años después, en 1889, las sevillanas hicieron su debut en prensa, cuando el 25 de abril se publicó en el periódico La Izquierda Liberal este comentario: “El rasguear de las guitarras, el repiqueteo de los palillos, los cantos llenos de gracia y los movimientos ondulantes de las parejas bailando sevillanas se observaban por doquiera”.

Las sevillanas poseen una clasificación según la temática de sus letras, como las rocieras o religiosas, y su ritmo:

Clasificación:
  • Sevillanas históricas: las letras relatan momentos históricos importantes, sobre todo relacionados con Sevilla. Una de las más conocidas son las del paso de la reina Isabell II por el puente de Triana que lleva su nombre, cuya inauguración fue en 1852. “Por el puente de Triana, juí, pasa la reina. Pasa la reina, por el puente de Triana, recógete la cola que te arrastra, por el puente de Triana, juí, pasa la reina”.
  • Sevillanas religiosas/bíblicas: esta tipología fue popularizada por los hermanos onubenses Toronjo, durante la década de los 60. Suelen hacer referencias a temas y personajes del Antiguo Testamento.
  • Sevillanas para escuchar: su ritmo es muy lento, por lo que se hace difícil su baile. Son cantadas para ser escuchadas y deleitarse con la forma y letra del cantaor.
  • Sevillanas corraleras: toman su nombre de los corrales de vecinos, viviendas distribuidas en construcciones circulares con un patio central muy típicas de la zona de Sevilla. En estos lugares, entre vecinos, familiares y amigos, se cantaban un tipo de sevillana muy rítmica que animaba las celebraciones y reuniones. 
Entre las letras más conocidas: “Me casé con un enano, salerito, pa jartarme de reír”. Como curiosidad, entre estrofas, para rellenar los silencios, se usa la onomatopeya de las castañuelas, que seguro has escuchado sin saber que era eso: “riapitá”.

Las sevillanas es uno de los palos flamencos más extendidos y suele ser el primero que se aprende en academias. 
Anímate a practicarlas.
 
 ¡Olé!

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