Cómo hacer torrijas en casa.
Es el dulce por excelencia de la Semana Santa, con muchos siglos de tradición y muy fácil de preparar en casa. La primera referencia escrita en España de las torrijas data del siglo XV.
Pero primero un poco de historia. Aliter dulcia (plato dulce) es el nombre con el que los romanos denominaban a un postre muy similar al que hoy podemos degustar, realizado a partir de galletas de trigo, leche, aceite y miel.
Del siglo XV es la primera referencia que tenemos en España de las torrejas -así se llamaban entonces- que, como todos sabréis, son rebanadas de pan, bañadas en leche o vino, rebozadas en huevo y fritas. En aquellos tiempos era habitual ofrecerlas a las parturientas ya que se creía que actuaban como reconstituyente. Su vinculación a la Semana Santa se debe, quizás, al aprovechamiento del pan que sobraba de los días de vigilia.
También hay quien dice que fueron las monjas las que lo popularizaron durante estas fechas del calendario para llenar el estómago con poca comida, pero contundente, después de la abstinencia. A principios del siglo XX ¡dio el salto a las tabernas! En Madrid era habitual tomarlas en la barra junto a un chato de vino.
¿Cómo las prefieres: de vino o de leche?
Preparar este tradicional dulce en casa no es tan difícil. Es un plato sencillo, y seguro que vas a tener todos los ingredientes a mano. La receta que difundimos es de una de las confiterías más famosas de Madrid, abierta desde el año 1855. Entre sus especialidades destacan precisamente las torrijas, con una estética (doraditas) y sabor muy de hogar.
¡Toma nota! Esta es una receta para que toda la familia se relame de gusto.
INGREDIENTES
Pan de brioche (puede servir pan duro, del día anterior)
Leche entera
Canela en rama
Limón
Azúcar
Huevos
Aceite de oliva
Las cantidades de cada ingrediente dependen del número de torrijas que queramos preparar y del tipo de pan. Pero, más o menos, por cada barra necesitaremos un litro y medio de leche. Aunque hay quien prepara las torrijas muy finas, es mejor que sean gruesas, en torno a los tres o cuatro centímetros de grosor. Pero antes de cortar el pan es necesario infusionar la leche.
¿Y cómo? Pues con canela en rama y cáscara de limón durante un mínimo de dos horas. Infusionar es cocer suavemente, nunca puede llegar a hervir. Cuando ya está lista es cuando podemos cortar el pan. Antes de mojar bien las rebanadas añadimos a la leche un poco de azúcar; todas las medidas son siempre al gusto, pero podría ser en torno a los 200 gramos por cada litro de leche.
Después de empapar bien las rebanadas de pan en la leche infusionada hay que dejarlas escurrir un rato para que pierda el exceso de líquido. El tiempo que deben estar en reposo depende del tipo de pan empleado. Lo ideal es que escurra la totalidad del exceso de leche porque si no se saldría en la sartén y saltaría mucho el aceite.
Tras ese pequeño reposo llega el momento de pasarlas por el huevo, batido previamente. Ya solo nos queda freírlas, siempre con abundante aceite de oliva, que tiene que estar muy caliente.
Una vez fritas toca bañarlas con un almíbar ligero. Para prepararlo necesitamos un litro de agua, 175 gramos de azúcar, canela en rama, cáscara de limón y una cucharada de zumo del propio limón. Todo esto hay que cocerlo durante cuatro o cinco minutos. Importante: hay que dejarlo enfriar antes de echárselo por encima a las torrijas, que ya estarán totalmente listas.
Una observación: en esta receta podemos sustituir la leche por vino blanco. Todos los pasos son los mismos. Aunque las medidas de azúcar se reducen, mejor 150 gramos por cada litro de vino.
Dicho todo esto, ya solo queda una cosa: ¡disfrutarlas!
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