En esta segunda parte de la serie, utilizaremos las técnicas más avanzadas para descubrir otros mundos dentro de nuestro mundo; abordaremos el mundo que no podemos ver con nuestros ojos y nos descubren cosas inimaginables, empecemos:
Imagen con la más alta resolución tomada del Sol |
Para comenzar empezaremos por la siguiente definición:
La percepción visual es un proceso activo por el que el cerebro puede transformar la información lumínica captada por el ojo en una recreación de la realidad externa. En la percepción visual intervienen tanto los ojos como el cerebro.
Ahora bien…. ¿Podríamos observar cosas que no vemos?, cosas por ejemplo, que están muy lejos o simplemente cosas que no podemos percibir con nuestros ojos… Si me acompañáis en estas líneas podremos descubrir éste y otros mundos…
Al instrumento óptico, que permite observar objetos lejanos con mucho más detalle que a simple vista al captar radiación electromagnética, tal como la luz, le llamamos telescopio. Es un utensilio fundamental en astronomía, y cada desarrollo o perfeccionamiento de este instrumento ha permitido avances en nuestra comprensión del Universo.
Gracias al telescopio —desde que Galileo Galilei en 1610 lo usó para observar la Luna, el planeta Júpiter y las estrellas— el ser humano pudo, por fin, empezar a conocer la verdadera naturaleza de los cuerpos celestes que nos rodean y nuestra ubicación en el universo.
Gracias en parte a estos pioneros nuestra concepción de la realidad empezó a cambiar.
Observa el video. PULSA AQUÍ.
Imágenes que nos hacen ver lo pequeños que somos: PULSAR AQUÍ.
O incluso viajar al pasado.
Los telescopios nos hacen ver objetos lejanos en el espacio, objetos que están a determinados años luz, cuando vemos los objetos estamos viendo la luz que enviaron hace el número de años luz a los que se encuentren.
Conociendo estas premisas si tenemos un telescopio muy potente; ¿Podríamos ver el origen del universo?
“La imaginación frecuentemente nos llevará a mundos que jamás fueron. Pero sin ella, no iremos a ningún lado". Carl Sagan.
¡Esperamos os guste, hasta la próxima semana!
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