Antes de empezar a leer, necesitamos que reflexionemos contestando a una serie de cuestiones:
¿Quién es tu peor enemigo? ¿Cómo te evalúas a ti mismo?
Quienes hayáis pensado que vuestro peor enemigo sois vosotros mismos y vuestra evaluación no haya sido muy positiva... deberías de continuar leyendo, ¡esta publicación te interesa! Ya que al final de esta entrada habrás obtenido unos truquitos para derrotar todos tus miedos.
Sin autoestima, nuestros temores nos encierran en nuestra zona de confort y no nos dejan crecer y evolucionar como personas. Pero, espera... ¿Qué es la zona de confort?
Zona de confort: Estado en el que una persona se siente segura
Zona de aprendizaje: Zona en la que sales para ampliar tu visión del mundo. Cuando aprendes, haces cosas nuevas, tomas en cuenta otros puntos de vista...
Zona de pánico: Aquella que genera a la persona una sensación de descontrol.
¿QUÉ ES LA AUTOESTIMA EN REALIDAD?
Es la manera en que nos juzgamos y evaluamos.
Consiste en todo el conjunto de creencias, valoraciones y pensamientos que tenemos sobre nosotros, y que hemos ido creando a partir de nuestras experiencias. Además, la autoestima tiene varias funciones psicológicas, aunque a veces provoque justo lo contrario:
Satisfacer tu necesidad de sentirte bien contigo mismo.
Reducir el impacto de los rechazos que sufres en tu vida.
Protegerte del miedo.
Motivarte a luchar por tus metas.
A continuación, vamos a ver los diferentes tipos de autoestima. ¿Con cuál te identificas?
1- Autoestima alta y estable: Este tipo podría corresponderse con el de autoestima fuerte o elevada, ya que las personas con ese tipo de autoestima no se ven influidas por lo que ocurra a su alrededor de forma negativa.
Además, es capaz de defender su punto de vista de forma calmada y se desenvuelven de forma exitosa a lo largo del tiempo sin derrumbarse.
2- Autoestima alta e inestable: Estas personas también se caracterizan por presentar una alta autoestima, pero no por mantenerla en el tiempo.
No suelen tener las herramientas suficientes para enfrentarse a ambientes estresantes y que los suelen desestabilizar, por lo que no aceptan el fracaso ni tampoco aceptan posturas opuestas a las de ellos.
3- Autoestima estable y baja: Estas personas se caracterizan por infravalorarse en todo momento, es decir, por pensar que no pueden hacer aquello que se propongan.
Por otro lado, se muestran muy indecisos y temen equivocarse, por lo que siempre buscarán el apoyo de otra persona. Tampoco luchan por sus puntos de vista ya que de forma general se valoran de forma negativa.
4- Autoestima inestable y baja: Podríamos decir que las personas que tienen esta autoestima son aquellas que prefieren pasar desapercibidas en todo momento y que piensan que no pueden conseguir nada.
Por otro lado, suelen ser muy sensibles e influenciables y prefieren no enfrentarse a nadie incluso aunque sepan que la otra persona no lleva la razón.
5-Autoestima inflada: Las personas con este tipo de autoestima se caracterizan por tener una personalidad fuerte y creerse mejor que las personas que tienen a su alrededor. Por ello, nunca suelen escuchar ni prestarles atención alguna.
También suelen culpabilizar a los demás en situaciones estresantes y tienen un ego muy grande. No son capaces de corregir sus propios errores ni tampoco criticarse a sí mismos. Se caracterizan por ser muy materialistas y superficiales.
4 MITOS QUE NO FUNCIONAN PARA CONSEGUIR UNA AUTOESTIMA ALTA
Buscar siempre el lado positivo. Este sería un buen consejo si no fuera porque tu mente en realidad no está programada para hacerlo. Los humanos estamos diseñados para valorar más lo negativo que lo positivo. Nos obsesionamos con lo malo y olvidamos lo bueno con mayor rapidez.
Luchar por ser feliz
Probablemente creas que serías más feliz con una autoestima alta, ¿me equivoco?
No me extraña. Vivimos sumidos en la cultura de la felicidad. Corrientes como la psicología positiva, libros de autoayuda o frases populares como “al mal tiempo buena cara” se empeñan en recordarnos que deberíamos estar siempre alegres.
Sin embargo, cuanto más te esfuerces por ser feliz, más infeliz terminarás siendo.
El motivo es que la felicidad es efímera. Podemos estar muy contentos durante una etapa de nuestra vida, pero eso va a durar poco. Porque los seres humanos siempre terminamos adaptándonos a las nuevas circunstancias.
Cuanta mayor importancia des a tu felicidad, peor te sentirás. ¿Por qué? Porque se ha comprobado que querer ser feliz y ser consciente de que no lo estás consiguiendo te hará todavía más desdichado.
RECOMENDACIÓN: Olvídate de ser feliz. Simplemente... ¡AMA, VIVE y SUEÑA!
RECOMENDACIÓN: Ponte objetivos más pequeños pero alcanzables, y asume que fallar no significa el fin del mundo. Reprogramar la mente con autoafirmaciones positivas.
Existe una corriente de pensamiento positivo según la cual tu mente crea lo que le dices. Supuestamente, si te repites mantras como “Soy una persona extraordinaria y merezco que me amen”, tu mente lo interiorizará y empezarás a actuar como alguien extraordinario.
La razón es que cuando te repites a ti mismo que eres excepcional o maravilloso tu cerebro de inmediato se plantea una pregunta: ¿por qué?
Las autoafirmaciones positivas solo funcionan cuando entran dentro del rango de lo que es creíble.
RECOMENDACIÓN: No te repitas a ti mismo lo bueno que eres si no estás seguro de que puedes acompañarlo con una razón.
¿CÓMO AUMENTAR TU AUTOESTIMA?
A continuación, encontrarás varios métodos que puedes utilizar. Con algunos te sentirás más cómodo que con otros, pero es que no existe una única forma de conseguir mayor autoestima. Aunque cada uno de ellos actúa sobre un aspecto de tu personalidad distinto, los resultados que han demostrado son los mismos: más autoestima y seguridad en ti mismo. ¡Vamos allá!
Encuentra el origen de tu baja autoestima.
¿Qué sentido tiene intentar arreglar algo que no sabes por dónde se ha roto?.
Los problemas de autoestima suelen desarrollarse durante la infancia y sus causas pueden ser muy distintas. ¡Pero si no las conoces nunca podrás trabajar sobre el origen de tus temores!.
Al haberse formado en la infancia, la falta de autoestima ha sido creada por la perspectiva de un niño y seguramente esté sesgada. Como no podías entender lo que estaba pasando realmente, es muy útil volver a buscar su origen y replantear tus creencias.
Para encontrar el origen de tu baja autoestima pregúntate por lo menos tres veces el ¿Por qué? de tus miedos.
¿Por qué temo conocer gente nueva? Porque me ignorarán.
¿Por qué creo que me ignorarán? Porque no soy interesante.
¿Por qué creo que no soy interesante? Porque de pequeño me decían que nunca hablaba.
¡Ahí! Te da miedo conocer gente porque crees que no sabrás qué decir. Pero si te das cuenta finalmente que lo importante para conocer gente no es hablar, sino escuchar, probablemente empieces a superar ese temor.
Inténtalo.
El principal enemigo de nuestra autoestima es, sencillamente, no hacer nada.
Cuando nos sentimos amenazados nuestro instinto es buscar vías de escape porque creemos que así reduciremos nuestra ansiedad. Por eso cuando sientes miedo o desánimo en lugar de enfrentarte directamente a ellos intentas esquivarlos.
Y es lógico: en el momento en que decides evitar lo que te preocupa notas una sensación inmediata de alivio. El problema es que esa conducta puede terminar convirtiéndose en un hábito.
Sustituye tus objetivos por valores
¿Recuerdas que marcarse grandes objetivos suele ser sinónimo de frustraciones y pérdida de contacto con la realidad?
Vale, ¿pero entonces qué haces sin objetivos en tu vida? ¿Cómo vas tomar decisiones? ¿Y cómo encontrarás la motivación para enfrentarte a tus retos?
Necesitas algo sólido. Algo que te permita seguir adelante cuando te sientas cansado, ansioso, deprimido o desanimado. Algo tan poderoso que te motive a salir de tu zona de confort para exponerte a aquello que temes.
Te vas a guiar por tus valores.
Los valores son nuestra definición más fundamental, nuestra hoja de ruta. Nos marcan la dirección cuando creemos que nos estamos perdiendo y nos dan energía para seguir luchando.
RECOMENDACIÓN: Cada vez que tengas que enfrentarte a un reto, saca tu listado de valores, elige uno, y durante un par de minutos recuerda por qué es importante para ti. Aumentará tu autoestima y te protegerá de la ansiedad.
Identifica tus verdaderas fortalezas
Además de tus valores, para construir tu autoestima necesitas convencerte de que hay algo bueno en ti. Y te aseguro que TODOS tenemos puntos fuertes, el problema es que las personas con poca autoestima no los saben identificar
Para encontrar tus fortalezas piensa en cinco logros que hayas conseguido en tu vida, Si te cuesta encontrarlos es porque no estás siendo generoso contigo mismo, así que imagínate que ese éxito lo hubiera conseguido un amigo, ¿Qué le dirías? ¿Cómo se lo reconocerías?
Luego piensa qué características personales positivas son necesarias para conseguir cada uno de ellos.
Convierte tus pensamientos negativos en respuestas racionales
Ahora ya tienes tu conjunto de valores y fortalezas para empezar a creer en ti. Pero nuestras experiencias del pasado, incluso aquellas que ya no recordamos, continúan afectando nuestra vida en forma de “voz interior”.
En personas con una autoestima sana esta voz suele ser amable y reconfortante. Pero en aquellas con baja autoestima se convierte en su peor crítico.
El problema es que esa voz interior es irracional. Suele interpretar cualquier situación de la peor forma posible, incluso cuando no hay pruebas objetivas para llegar a tu conclusión.
El proceso para vencerlos es el siguiente:
Identifica en qué situaciones aparecen y qué te dicen. Tus pensamientos negativos suelen ser siempre los mismos, así que ¿de qué manera te hacen interpretar las situaciones? ¿Qué emociones te provocan?
Finalmente, racionaliza tus pensamientos negativos irracionales respondiendo a estas tres preguntas:
¿Estás seguro de que eso va a ocurrir?.
Si realmente ocurre, ¿Cómo estarás dentro de un año?.
¿Qué le dirías a un amigo que te estuviera contando eso?.
Sepárate de tus miedos
Es posible que después de identificar y racionalizar tus pensamientos negativos todavía tengas algunos miedos tan profundos que te sigan bloqueando.
No te preocupes, porque para eso tenemos la estrategia de aceptación y compromiso
La mayoría de gente, cuando hay algo que le preocupa, intenta no pensar en ello. Tratamos de bloquear nuestros pensamientos o distraernos pensando en otra cosa. Pero no solo se ha comprobado que no funciona, sino que además provoca que tus miedos vuelvan con más fuerza.
En lugar de intentar ignorarlos, tienes que aprender a desligarte de ellos.
¿Verdad que cuando te asaltan esos pensamientos eres consciente de estar escuchándolos? Eso demuestra que en realidad no eres ellos: eres su observador. A nuestra mente le encanta bombardearnos con pensamientos negativos y tu tarea es dejar de identificarte con ellos. Entonces perderán todo su poder.
Para conseguirlo, practica este proceso cada vez que sientas que el miedo te invade:
No bloquees el pensamiento que causa ese miedo. Dale espacio y siéntelo.
Familiarízate con tu miedo. Ponle un nombre e imagínate cómo sería su forma física (si lo dibujas todavía mejor).
Utiliza un poco de mindfulness para que fluya y se marche. Puedes imaginarte un manantial de agua que arrastra unas hojas. Visualiza tu miedo encima de una hoja mientras el rio lo arrastra y desaparece lentamente. Al principio necesitarás práctica, pero con tiempo lo conseguirás.
Perdónate a ti mismo.
Apoyarte en tus valores, identificar tus fortalezas y racionalizar y desvincularte de tus pensamientos negativos es necesario, pero para conseguir una autoestima sana te falta algo imprescindible.
Te falta aprender a perdonarte por tus errores. Consiste en tratarte con la misma empatía con la que tratarías a ese amigo tuyo. Significa darte apoyo y ser comprensivo contigo, en lugar de criticarte y juzgarte. Implica aprender a calmarte y reconfortarte para volver a intentarlo, en lugar de castigarte cada vez que cometes un error.
Aumenta tu confianza
Tu lenguaje no verbal también influye en tu estado anímico. Se trata de un pez que se muerde la cola: cuando te sientes derrotado lo expresas encogiendo tu cuerpo, lo que te hace sentir todavía más deprimido. Pero es posible romper ese círculo vicioso, y es tan sencillo como utilizar una postura erguida y expansiva cuando te encuentres abatido. A este tipo de poses (cabeza elevada, hombros hacia atrás y manos apoyadas en las caderas) se les llama posturas de poder, y se ha comprobado que mantenerlas durante solo dos minutos ya es suficiente para sentirte más confiado y seguro de ti mismo.
Multiplica tu autoestima con el ejercicio.
Tu cuerpo tiene algo más que decir sobre tu confianza, y es que quizás esta sea la forma más rápida de aumentarla.
Piensa menos en ti y más en los demás.
La espiral de la baja autoestima es un círculo vicioso. En nuestro afán por sentirnos mejor empezamos a chequear constantemente nuestro estado anímico. ¿Cómo me siento hoy? ¿Esta opresión en el estómago significa que voy a hundirme otra vez? Eso solo crea mayor ansiedad.
Para sentirte mejor deberías hacer todo lo contrario: dejar de pensar tanto en ti y centrar tu atención hacia fuera.
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