Hoy os invitamos a disfrutar de esta película española sobre las mujeres espías. ¿Qué os parece si hacemos un breve recordatorio de las mujeres espías que han jugado un papel fundamental en la historia contemporánea?
En la guerra y en el amor todo se vale, o en la guerra el amor se vale. ¿Quién pudiera dudar de tal aseveración cuando en la historia bélica las espías han sido determinantes para ganarlas?
El cine y la literatura han banalizado y romantizado el espionaje femenino a través de la imagen de la “femme fatale”, mujeres cuya belleza pone a prueba las mentes estratégicas de hombres brillantes que se dejan seducir sin resistencia, ignorando los alcances de esos coqueteos. James Bond sentiría envidia del modus operandi del llamado “sexo débil”.
Las mejores espías mantienen bajo perfil, pero alto grado de inteligencia. Si bien el arte de la seducción es su mejor arma, esta incluye la capacidad de persuadir, interpretar diversos roles, audacia, resistencia, intrepidez, libertad sexual, habilidad para sonsacar y cooptar, destrezas que van mucho más allá de la belleza física.
Alejadas del glamour, tienen un objetivo o blanco al que deberán llegar pase lo que pase sin desviarse de la misión. Parece fácil conformar el perfil de una agente secreta; sin embargo, la mayoría o todas han llegado a serlo de manera fortuita, capacitadas a posteriori. Algunas por necesidad, otras a través de amistades o por azar, han recolectado datos útiles para la toma de decisiones de los poderosos durante los encuentros bélicos.
Si bien cuando hablamos de espías nos viene a la mente la holandesa Mata Hari, agente H-21, existen muchas otras. Pero ella, nacida como Margaretha Gertrude Zelle, tras un matrimonio fallido con dos hijos, creó un mito en torno a su vida, parte de su éxito como bailarina y cortesana. Sendos oficios le dieron para sobrevivir y la condujeron al espionaje. La supuesta princesa de Java llegó a ser la bailarina exótica más exitosa de la Belle Epoque. Sus danzas sagradas harían hablar hasta a un mudo.
Durante la Segunda Guerra Mundial la inteligencia británica incorporó a la polaca Christine Granville para combatir el nazismo. Reclutada por el Special Operations Executive creado por Churchill, se convirtió en su agente favorita. Un matrimonio que la salvó de ser ejecutada y un accidente esquiando fueron detonantes para convertirse en la aliada incondicional de los ingleses. Fue la primera mujer contratada para tal fin, realizó verdaderas hazañas para infiltrarse y organizar grupos de resistencia entre los mismos alemanes que ocupaban Francia. Con su sonrisa cándida manipulaba a la Gestapo, se provocaba lesiones para fingir enfermedades. Su audacia y encanto eran preocupantes. Amantes fugaces inyectaron adrenalina a sus días e inspiraron a Ian Fleming para crear a la primera chica Bond.
Amy Elizabeth Thorpe, de origen estadounidense, tuvo un matrimonio fallido y dos hijos, hasta que después uno de sus amantes la involucró en el espionaje británico a través del British Security Coordination. Con el seudónimo de Cynthia espió las embajadas alemana, japonesa e italiana. Gracias a ella, se obtuvo la información para descifrar la clave de la máquina encriptadora germana conocida como “Enigma”. Los mismos oficiales alemanes le revelaban los secretos del Tercer Reich para invadir territorios. Su jefe en el M16, el servicio de inteligencia británica, inspiró a Fleming para crear a James Bond.
Margarita Konenkova, en un viaje a Estados Unidos acompañando a su marido escultor quien realizaría una estatua de Albert Einstein, aprovechó penetrar en la academia para relacionarse sentimentalmente con el científico quince años mayor que ella.
Con el seudónimo de Lukas, la agente se infiltró en la mente de quien elucubrar la bomba atómica.
Develar secretos, desmontar ataques, obtener mapas, códigos y archivos, justificaron las visitas de alcoba; las que fueran necesarias. Dicho lo anterior, son pocas las ocasiones en donde los vencedores les dan un lugar en la historia a estas mujeres, a pesar de que sin su información hubiera sido imposible ganar guerras. Ellas tenían claro, al igual que Einstein, que la inteligencia femenina puede determinar el destino del mundo.
A continuación,¡ vamos a disfrutar de la película!
Tres mujeres espías que no llevan sombrero ni pistola, sino que hacen la compra, cambian pañales y tratan de conservar a su pareja sin perder la cordura al mismo tiempo que trabajan desvelando secretos ajenos.
Inés (Maria Vazquez), detective infiltrada entre los empleados de una compañía multinacional, ha llegado gracias a la colaboración de Manuel (Diego Martín) al meollo de una intriga laboral. Pero su investigación la coloca ante una complicada decisión sentimental y ética.
Eva (Najwa Nimri) que acaba de reincorporarse después de una baja maternal, compagina como puede el trabajo con la vida familiar cuando descubre que su pareja Iñaki (Tristan Ulloa) le ha ocultado algo fundamental para el futuro de su relación.
Carmen (Nuria González) la más experimentada de las tres, observa y graba el naufragio conyugal de Sergio (Antonio De La Torre), mientras parece no darse cuenta del fracaso de su propio matrimonio.
Desde la agencia de Valbuena, para quien trabajan, estas tres profesionales de la vigilancia traspasan a menudo las fronteras de la intimidad ajena pero nadie les ha preparado para enfrentarse a sus propios secretos. Las tres tendrán que romper la delgada línea que protege lo público de lo privado y sobre todo, tendrán que descubrirse para resolver algo más que sus respectivos casos profesionales.
Los protagonistas de Mataharis se ven envueltos por situaciones imprevistas en las que tienen que tomar decisiones donde entran en juego derechos personales, limitaciones legales, argumentos éticos, morales y sociales como el derecho a la intimidad, Espacio privados, la traición a la confianza ciega ,conciliación de la vida laboral y familiar ,conflictos familiares líneas rojas , valores ,límites ,lealtad…
¡Buena tarde de domingo !
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