viernes, 31 de diciembre de 2021

SALIDA VIRTUAL: VIAJANDO POR ESPAÑA, PUEBLOS CON ENCANTO

Hoy os proponemos comenzar un recorrido por algunos de los rincones más bonitos de nuestra geografía.


AÍNSA (HUESCA)
El castillo de Aínsa es lo primero que ve el visitante en cuanto es capaz de apartar la vista del murallón del Monte Perdido, esa legendaria cumbre que se eleva por el norte anunciando un mundo de roca y nieve. Otro mundo, en este caso medieval, se abre al cruzar el puente que conecta el aparcamiento con el casco histórico a través de su milenaria fortaleza. De aquella inexpugnable construcción quedan los muros y el gran patio de armas, una antesala de lujo para uno de los núcleos medievales mejor preservados de Aragón.
La Plaza Mayor, triangular y porticada, se transforma en el escenario de la fiesta de la Morisma. A lado y lado del Ayuntamiento salen sendas calles que confluyen en la encantadora plaza de Santo Domingo: la Mayor y la de la Santa Cruz, que lleva a la iglesia de Santa María, del siglo XIII. Aínsa sigue disfrutado de un emplazamiento único, en la confluencia de los ríos Cinca y Ara, con la sierra de Guara al sur y el túnel de Bielsa al norte, puerta a las maravillas pirenaicas del Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido. 


ALBARRACÍN (TERUEL)
Hogar de tan solo mil habitantes, esta localidad que en su día fue reino de taifas se encuentra fortificada por una muralla del siglo XI; aún se conservan algunos de sus torreones y las rutas de subida hacia lo alto son más que recomendables, pues se obtiene una maravillosa panorámica del pueblo. Sus muros arropan el conjunto de edificios de interés y casas que parecen asomarse por abruptos precipicios y encierran el entramado de calles adoquinadas. En uno de sus extremos se halla el Castillo de Albarracín, una fortaleza encaramada en lo alto de un peñasco asociada al origen islámico de la ciudad que aún se puede visitar. Más abajo, su plaza Mayor esconde mucho encanto, casi tanto como la Catedral de El Salvador, que data del siglo XVI y fue construida sobre un anterior templo románico o mudéjar.
El telón de fondo es espectacular y el cambio de estaciones surte auténticas maravillas en él. El invierno es de postal, aunque la primavera no se queda corta, y el río Guadalaviar que la rodea tiene parte de culpa. Constituye un fantástico destino para el turismo activo, siendo ideal para la escalada boulder –grandes bloques, sin cuerda– y el senderismo se ajusta a todos los gustos y edades. También se puede disfrutar de turismo gastronómico, ya que en las montañas que lo envuelven se hallan multitud de queserías que producen queso con nombre propio y gran prestigio. Y en busca de platos más contundentes, las migas, el gazpacho serrano y las gachas son unas magníficas apuestas.


ALARCÓN (CUENCA)
Hay muy pocos lugares en el mundo en los que sea tan sencillo explicar el porqué de un emplazamiento como en Alarcón. Y es que esta hoz revirada y caprichosa trazada por el río Júcar lo tiene todo para ejercer de baluarte defensivo. Es muy probable que casi todas las civilizaciones que han poblado La Mancha se dieran cuenta de esta ventaja, pero fueron los árabes quienes, en el siglo VIII, levantaron una primera fortaleza en tan imponente ubicación y, además, le pusieron nombre al lugar. Eso sí, lo primero que se observa al llegar al mirador exterior del pueblo es una maqueta impoluta del perfecto castillo cristiano. Es entonces cuando el viaje se convierte en épica y la visita, en conquista. 
Pero Alarcón es mucho más que un castillo. Al abrigo de su protección, el pueblo fue creciendo bajo el control cristiano (siglo XII) y se empeñó en tener una de las mayores densidades de iglesias fascinantes de toda Castilla. La de Santo Domingo de Silos conquista por su pulcritud románica. La de la Santa Trinidad, por su desproporcionada portada plateresca. Y la de Santa María, por mezclar a la perfección el gótico con el renacimiento. Eso sí, la gran sorpresa viene al entrar en el templo antiguamente consagrado a San Juan Bautista. En su interior, el artista contemporáneo Jesús Mateo pintó unos imponentes murales que impresionan por su belleza, su lenguaje y su magnífico contraste con el edificio.


ALCALÁ DEL JÚCAR (ALBACETE)
Surcada por el cauce de los ríos Júcar y Cabriel, la comarca de La Manchuela, en la provincia de Albacete, exhibe un aspecto diferente al resto de la comunidad. Los ríos han modelado el paisaje creando un juego de contrastes que se mueve entre los desniveles de los valles y las planicies del llano. En un meandro del río se asienta Alcalá del Júcar, un puñado de casas coronadas por tejados anaranjados que se agrupan en la ladera de la peña sobre la que los almohades construyeron un castillo en el siglo XII. 
Una de las estampas más bellas de esta localidad se refleja en las aguas del río, sobre las que cruza el puente romano que conecta la zona moderna con el casco antiguo. Entre las estrechas y empinadas calles de la parte vieja se levanta la esbelta torre de la iglesia de San Andrés, cuyos elementos góticos brillan con una luz especial al caer la tarde.  La roca caliza que sustenta el pueblo ha permitido que se hayan excavado en ella numerosas cuevas. Algunas atraviesan la montaña y cuentan con más de 700 años de historia. Su uso era muy diverso: desde establos a escondites clandestinos. Constituyen una visita impresionante.


ALLARIZ (OURENSE)
A Ourense siempre le ha marcado su orografía. El haber estado regada por ríos escultores ha hecho que sus colinas se volvieran más vertiginosas y bellas si cabe. Son tierras de viticultura heroica, de termalismo, de escarpados cañones y, también, de pueblos que no se conformaron con domesticar el entorno, sino que a menudo han querido rivalizar en belleza con él. Buena prueba de ello es Allariz, un pueblo enclavado en la Reserva de la Biosfera homónima y atravesado por la Vía de la Plata jacobea. Como otros muchos municipios gallegos, el paisaje de Allariz está íntimamente unido a un río. 
La que llegó a ser conocida como «Llave del Reino de Galicia» por Sancho IV y la que se convirtió en escenario de la educación de Alfonso X el Sabio, conserva todo su esplendor tras un largo trabajo de recuperación, que en 1994 mereció el Premio Europeo de Urbanismo. Entre las calles empedradas del centro de Allariz se suceden joyas pétreas una tras otra. Destaca una tríada de iglesias, la de San Esteban, de las más bellas de España  y es la única acristalada de estilo centroeuropeo en todo el país.
Siguiendo el recorrido a pie por las calles de Almagro se encuentran tesoros ocultos como su Parador, que ocupa el espacio de un convento franciscano del siglo XVI con un antiguo claustro y 14 patios interiores decorados al detalle. Tampoco se quedan atrás edificios sacros como la Iglesia de San Agustín o el Monasterio de la Concepción Bernarda utilizado como sala de exposiciones. Ni las edificaciones palaciegas llamativas por sus portadas, como el Palacio Maestral, que en la actualidad acoge la sede del Museo Nacional de Teatro, o el de los Condes de Valparaíso, utilizado como sede de congresos. De vuelta a la plaza, aguarda un delicioso aperitivo manchego: berenjenas de Almagro.


ALQUÉZAR (HUESCA)
Alquézar mantiene el equilibrio al filo del barranco del río Vero, mientras por el otro lado se extienden olivares y viñedos de la D.O. Somontano que aún beben de acequias de origen musulmán. Al franquear el arco que da paso al núcleo medieval –la única de las cuatro puertas que quedan– conviene estar pendiente de los detalles para descubrir blasones en los dinteles, o pasajes cubiertos que saltan sobre las calles, o bares con terrazas asomadas al vertiginoso barranco del río Vero.  
Tres largas calles cruzan el pueblo. En el centro del cogollo se abre la porticada Plaza Mayor, que en 1528 obtuvo el privilegio del rey para acoger un mercado semanal. Será por ese motivo que sus hostales y restaurantes ofrecen recetas suculentas que aprovechan los productos de la sierra de Guara y de las huertas de Barbastro o de Graus. Desde la plaza Mayor caben dos opciones: subir a la colegiata de Santa María la Mayor (siglo XVI), el antiguo alcázar del siglo IX; o bien descender a las pasarelas del Vero por el barranco de la Fuente. Ambas pueden realizarse el mismo día, aunque es preferible bajar al río por la mañana para darse un refrescante baño, y realizar por la tarde una visita guiada a la colegiata, admirar su claustro románico y contemplar las vistas del pueblo, del cañón del Vero y de los montes de Guara.


ALTEA (ALICANTE)
Bajo los primeros rayos de sol, Altea se levanta con el graznar de las gaviotas, acompañadas fielmente por unos barcos que duermen en el puerto y otros que, desvelados en la lejanía, recuerdan que este pueblo alicantino una vez fue de pescadores y de labradores. Hasta hace poco, la calle del Sol todavía olía a pescado y a saladura, y de las puertas colgaban cortinas negras, indicando que se estaba en el barrio marinero. Ahora, esta calle se enfila por el barrio de El Fornet, con sus callejuelas empedradas y sus casas blancas engalanadas con la algarabía cromática de geranios, jazmines y buganvillas.
Subiendo por la calle Major, sin saber cómo, uno se topa con el primer peldaño de la escalera de la iglesia, toda embaldosada de una piedra negruzca que conduce hasta Nuestra Señora del Consuelo. Sus dos cúpulas, cubiertas de tejas vidriadas azules, raciman a su alrededor las calles blancas tan típicas del Mediterráneo, rodeadas por la Torre de Galera y la de Bellaguarda y los accesos de Portal Nou y Portal Vell. En cada balconada hay un mirador en el que detenerse desde donde se alcanzan a ver las sierras de Aitana, de Bèrnia y el Puigcampana a un lado, y la Punta de l’Albir, el Morró de Toix y el Penyal d’Ifac envolviendo la bahía por el otro. 


ARACENA (HUELVA)
En el norte de Huelva, la tierra se pliega y gana altura. Encinas, alcornoques, robles y castaños alfombran el lugar donde acaba Andalucía, comienza Extremadura y el Alentejo portugués se extiende hacia el oeste. El pueblo de Aracena da nombre a la sierra y es la capital de la comarca homónima. La variedad de sus blancas y apiñadas casas y sus calles de suelo empedrado convierten cualquier paseo en una delicia. Desde las almenas y arcos de su castillo templario se contemplan los pueblos como motas blancas que destacan a lo lejos, entre altozanos, dehesas y praderas. 
El monte donde se alza la fortificación está horadado y se entra en él a través de la Gruta de las Maravillas. La primera sorpresa que depara la cueva es su ubicación, en pleno centro del pueblo. Descubierta en el siglo XIX, se abrió al turismo en 1914 –fue pionera en Europa–. Un itinerario circular guiado permite contemplar las asombrosas formaciones de roca y los lagos de sus diferentes niveles. Aracena atesora la iglesia de Nuestra Señora del Mayor Dolor y varias ermitas mudéjares. En su plaza Mayor hay bellos edificios decimonónicos, como el Casino de Arias Montano, del sevillano Aníbal González.


ATIENZA (GUADALAJARA)
El paisaje es medieval, pero Atienza fue una vez Troya. Sucedió en 1970, cuando el director griego Michael Cacoyannis lo escogió como escenario para Las troyanas. Tres meses de rodaje fueron suficientes para que Katharine Hepburn se enamorara del pueblo. De aquella época, hay una foto de la estrella y del director frente al arco Arrebatacapas, que forma parte de la primera muralla. Atienza se encontraba protegida por dos líneas de murallas que se adaptaban al cerro como un guante. De ahí que el Cid Campeador, que pasó por estas tierras de la Serranía de Guadalajara en su camino hacia el destierro, dijera de Atienza y su castillo que era «peña muy fuerte».
Cerca del castillo se encuentra la iglesia de Santa María del Rey. Fue una de las catorce que hubo durante la Edad Media. La iglesia-museo de San Gil guarda una colección de arte sacro de aquellos templos. Parte de ese esplendor se siente aún paseando por las callejuelas del casco viejo que gira en torno a la plaza de España y del Trigo, descubriendo antiguas casas señoriales blasonadas.


A continuación os dejamos un vídeo de los pueblos más bonitos de España, pulsad sobre la imagen para reproducir. 


¡Estas son nuestras propuestas, esperamos las vuestras en nuestro Blog "El Balconcito de Hortaleza! Gracias.

Os deseamos una feliz nochevieja. 

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