domingo, 19 de diciembre de 2021

DOMINGO DE CINE: VERANO 1993

Verano de 1993 es una película dramática basada en hechos reales sobre la infancia , adopción y nuevos horizontes de la directora Carla Simón.


Es la noche de San Juan, y Frida, de 6 años, corretea por las calles de su barrio en Barcelona, entre verbenas y fuegos artificiales. Un niño se le acerca y le pregunta: "Y tú, ¿por qué no lloras?". Y es que, de quien acaba de perder a su madre -y a su padre años atrás-, es lo que se espera: lágrimas. Sin saber, ese niño, que asumir la pérdida, el luto, es tan distinto en cada uno que su pregunta resulta, ciertamente impertinente y agresiva.
Basada en la historia de la propia Carla Simón, 'Verano 1993' nos cuenta la historia de Frida, una niña de seis años que afronta el primer verano de su vida con su nueva familia tras la muerte de su madre. La pequeña, va a vivir a una casa en el campo donde vive su tío (David Verdaguer), el hermano de su madre, y su mujer (Bruna Cusí) y su hija pequeña (Paula Robles). Lejos de su casa en la ciudad, y los familiares a los que se sentía más cercana, a Frida no le quedará otra que adaptarse a su nueva vida.

Frida sabe que su madre ya no está, igual que su padre, que murió años antes por la misma causa, el SIDA. Sin embargo, la pequeña lógica de la niña no logra entender lo que ocurre y se siente extraña ante tanta atención, tantos mimos por parte de familiares y amigos y sobre todo, tener que comenzar a considerar a su prima como a su hermana y sus tíos, como sus padres.

Los enormes ojos de la increíble Laia Artigas son los que nos guían en su intento de comprender y descifrar lo que significa haber perdido a lo que hasta ahora era su mundo: su madre. Una pérdida que nadie debería experimentar a su edad ni tener que llevarla a buscar una nueva normalidad.
Los ojos de Frida comienzan a acostumbrarse a esa nueva sobreprotección por parte de todos, por miedo a que la niña sufra o recuerde demasiado a su madre. Pero Frida no la olvida y reza para intentar comunicarse con su madre, y se aprovecha de su sobreprotección para hacer todo lo que la libertad del verano le permite, a veces sobrepasando los límites de lo que es correcto en la educación de una niña de 6 años.

Por suerte, su nueva madre sabe que si Frida tiene que crecer feliz y superar la pérdida, será viviendo una vida normal, sin favoritismos, ni mimos excesivos y tratándola como una niña normal a la que hay que reñir y castigar cuando hace daño a su prima o falta el respeto a los mayores, por mucho que le cueste asimilarlo a la niña.
El éxito de 'Verano 1993' reside, sin duda, en su pasmosa sencillez y propuesta visual, libre de cualquier tipo de artificios que nos desvíen de Frida y su relación con el entorno, su nuevo hogar y su nueva familia. La cinta adquiere un tono casi contemplativo, lo que no quiere decir que cada una de sus secuencias, cada uno de sus planos tengan un motivo y un significado que nos lleva a lo más profundo de la pequeña Frida.

Vivimos el día a día de este verano tan familiar para todos de principios de los 90. Los juegos con los primos -y las peleas con los primos-, la piscina, las verbenas de las noches de verano en el pueblo, los polos de La Lechera y las canciones de Bom Bom Chip, y correr por el campo. Elementos que hacen de 'Verano 1993', un relato nostálgico y bello.
Simón llena de luminosidad y de momentos tiernos y entrañables las aventuras de la pequeña Frida en el verano que cambiará su vida para siempre. Con delicadeza y sin que nos demos cuenta, Simón transforma lo cotidiano en algo extraordinario y convierte el viaje interior de Frida en un viaje casi mágico, conmovedor y emocionante.

A continuación os dejamos con la película, pulsa AQUÍ "Verano de 1993" para reproducir.

¡Feliz domingo!

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