miércoles, 2 de febrero de 2022

COMER SALUDABLE: HISTORIA GASTRONOMÍA ESPAÑOLA

Apenas se sabe cómo se cocinaba en la península ibérica antes de la llegada de los romanos. ​ Antes que ellos es muy posible que se cocinase con grasas animales y que se desconociera el empleo de aceites de forma culinaria. Los pueblos del mediterráneo oriental se dedicaron a extraer metales preciosos, dejando una infraestructura escasa para la exportación de algunos alimentos. Se hizo famoso el garo, una salsa elaborada con trozos de pescados fermentados, llamada gáros por los griegos y luego garum por los romanos, ​ que fue apreciada primero en Atenas y posteriormente en la Roma imperial, llegó a ser un ingrediente típico de los primeros siglos de nuestra era.


Con la llegada de los Romanos Los garbanzos eran muy apreciados, principalmente por las clases humildes, siendo muy posible que se prepararan no como en la actualidad, sino en forma de puré, al que denominaban puls.

Existía una gran afición a las setas, que aún se conserva en regiones del norte de la península. Llegaron a dominar el injerto magistralmente.

La viticultura ya era conocida y muy apreciada por los romanos, si bien parece ser que la extensión de la vid por todo el Mediterráneo se debió a los griegos, siendo los vinos producidos por estos de los más apreciados en todo el imperio.

Los pueblos visigodos no representaron un cambio aparente en las artes y costumbres culinarias que dejaron los romanos en la Península. Introdujeron no obstante el gusto por la elaboración de cerveza. ​ El cambio vendría en el año 711, cuando tropas musulmanas compuestas por árabes y bereberes cruzaron el estrecho de Gibraltar. Con este nuevo periodo se introdujeron en la Península no solo nuevos métodos de cocina, sino que también nuevos ingredientes procedentes de Persia y la India.

La cocina de al-Ándalus tenía como ingredientes habituales el arroz, el sorgo, el azúcar de caña, las espinacas, la berenjena, la sandía, el limón, el melocotón y la naranja (los cítricos en general).

Es posible que el arroz ya se cultivase en España con anterioridad a la llegada de los musulmanes, pero son los avances introducidos por estos y la demanda de una nueva dieta lo que hace posible cultivarlo en grandes cantidades. Otro de los ingredientes introducidos en la cocina española con gran profusión son las almendras. Es habitual que los platos españoles actuales posean algunas raíces bereberes-árabes de la época andalusí. Esta influencia árabe en la cocina española se transmitió posteriormente a algunas preparaciones culinarias de las cocinas latinoamericanas.

El Descubrimiento de América en 1492 inicia el advenimiento a tierras españolas de nuevos elementos culinarios que modificarían no solo los hábitos culinarios españoles sino también los europeos.

La cocina española recibe de las “Indias” diversos ingredientes, como el tomate, la patata, el ají o pimiento, el pimentón y el cacao o chocolate. Este último causó furor en la sociedad española de los siglos XVI y XVII, siendo en España donde se mezcló por primera vez con azúcar para eliminar su natural sabor amargo. Otros ingredientes viajaron hacia las Américas, como el arroz, la vid, el olivo y gran parte de los cereales.

Algunos autores fijan un cierto declive en la cocina española a comienzos del siglo XVIII con la subida al trono español de Felipe V, ​ debido quizás a un excesivo «afrancesamiento» de los gustos y las formas de cocinar.

El gusto por comer queda reflejado en obras literarias de la época, como ciertos pasajes del Don Quijote de la Mancha, La Lozana Andaluza y otros.

La cocina española del siglo XX conocería momentos de declive durante la Guerra Civil y posteriormente un gran auge con el advenimiento de los medios de comunicación, la aparición de sucesivas generaciones de cocineros con gran popularidad, y de escritores culinarios de gran tirada. Actualmente existen entidades como La RAG (REAL ACADEMIA DE GASTRONOMÍA) es una Corporación de Derecho Público cuyo objetivo principal es difundir y proteger la cultura gastronómica española.

La gastronomía ha evolucionado en las últimas décadas, desarrollando importantes vínculos con otros sectores como la economía, la educación y la salud. Por ello, la RAG ha ido adaptando sus fines a las necesidades de la gastronomía actual, encaminado sus acciones a reivindicarla como uno de los pilares de nuestra cultura e identidad. Acciones que son posibles gracias al apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación. Y ha conseguido que la Gastronomía sea considerada Bien Cultural Inmaterial en el Plan Nacional de Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Actualmente, la RAG trabaja en diferentes proyectos, todos ellos vinculados estrechamente a sus fines fundacionales:

Defender la investigación, difusión, promoción y protección de los diferentes tipos de cocina y actividades gastronómicas de España, en colaboración con su Asociación de Amigos y las Academias Autonómicas de Gastronomía y las administraciones regionales.

Trabajar para incorporar al sistema educativo los conocimientos de alimentación y educación del gusto, junto al Ministerio de Educación, Cultura y Deporte.

Apostar por la formación específica en gastronomía y salud a través de la Cátedra Real Academia de Gastronomía en la Universidad Alfonso X el Sabio y su colaboración con la Universidad Complutense de Madrid.

Colaborar para mejorar la alimentación de la población, la prevención de la obesidad y la adopción de una dieta sana y equilibrada, junto a la Fundación Española de la Nutrición y el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

Contribuir a la difusión del Turismo Gastronómico en colaboración con el Instituto de España de Turismo (Turespaña) y la Organización Mundial de Turismo.

Apoyar la promoción de los productos agroalimentarios y pesqueros españoles con el Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente.

Difundir el patrimonio gastronómico-cultural de nuestro país fuera de nuestras fronteras en colaboración con el Instituto Cervantes.

Cooperar de manera activa en la labor solidaria del Banco de Alimentos y la Asociación Mensajeros de la Paz.

En definitiva, promover una gastronomía saludable, solidaria, sostenible y satisfactoria.

PLATOS TÍPICOS DE ESPAÑA

PAELLA
La paella se ha convertido sin duda en nuestro plato más internacional, aunque el arroz más famoso de España tiene orígenes humildes.
Su nombre se refiere al tipo de sartén que se utiliza para cocinar el plato, en valenciano, lugar donde nace gracias a los jornaleros que mezclaban los alimentos que tenían a mano, por lo que tradicionalmente en la paellera se echaba conejo, pollo, judías verdes, judías blancas, caracoles y todo tipo de verduras que tuvieran a mano.

Hoy en día, su difusión ha hecho que tenga otras variantes, tal como lo hacemos en casa o cómo se suele encontrar en los restaurantes, con un sofrito de cebolla, pimiento verde y tomate con calamares, chirlas, mejillones, pollo, gambas y cigalas, al que se le añade el arroz para hacerse lentamente con el caldo del marisco.
Una receta muy parecida que también podéis degustar, es la fideuá, con los mismos ingredientes, pero sustituyendo el arroz por pasta.

Encontrarás muchos tipos de arroz cocinados de diversas formas, y te recomiendo que no dejes de probarlos, en especial, el arroz negro típico de Madrid, que consigue este color gracias a la tinta del calamar, o como postre, un delicioso arroz con leche y canela.

COCIDO MADRILEÑO
Un buen cocido completo. Además, es considerado como uno de los atractivos de Madrid.


En esta ocasión, también hablamos de un plato típico de España destinado a las clases más bajas originalmente, obreros o agricultores, que hacían una comida suficientemente completa para aguantar el duro trabajo de todo el día, y que se podía hacer en un sólo puchero.
El cocido es un guiso que consiste en un primer plato de sopa de fideos o el caldo resultante de cocer los garbanzos con verdura, generalmente repollo o judías verdes, pollo o gallina, morcillo (carne de ternera), tocino, chorizo y morcilla, que se sirven de segundo plato.

Sin duda, una comida deliciosa que se comparte con pequeñas variaciones en todo el país, como el cocido maragato, el cocido montañés típico de Cantabria y otros muchos

FABADA ASTURIANA
Otro plato que aunque tiene su origen en Asturias, se ha extendido y popularizado ampliamente por toda España es la fabada.
El plato consiste en un guiso de judías o frijoles con chorizo, morcilla, tocino y oreja de cerdo.

Su origen es incierto, habiendo varias teorías como que es una variante de la caussolet de Languedoc o Midi Pyrénées que llegó aquí a través del Camino de Santiago francés, siendo uno de los platos más típicos de la gastronomía de Francia, e incluso que es una receta más moderna del siglo XX que se inventó en las ciudades, aunque hay constancia de que se consumían fabes o judías en la zona desde el siglo XIII.

El pote asturiano también se parece mucho, con la diferencia de que a este último se le añaden berzas, patatas y otras verduras de la zona, y os aconsejamos no dejar pasar unas deliciosas fabes con almejas.

JAMÓN SERRANO
El jamón serrano, es el alimento más especial de España, algo que sólo se produce aquí y no podrás encontrar en ningún otro sitio del mundo.


Este embutido son las patas traseras del cerdo, que se ponen en salazón y se curan con el aire fresco de la sierra. Las patas delanteras, pueden elaborarse de la misma forma, pero se llaman paletillas y son más económicas.
La historia del jamón es larga, existiendo ya en el Imperio Romano (hay referencias escritas desde el siglo II a.C.), por la necesidad de conservar la carne, aunque en la actualidad el proceso ha sido muy mejorado.

No debemos olvidarnos de otros tipos de embutidos riquísimos, como el queso, con multitud de variedades por toda España, el lomo embuchado, el chorizo, etc.

GAZPACHO Y SALMOREJO
El gazpacho es una sopa fría de pan majado, agua, aceite de oliva, vinagre, tomate, pepino, cebolla, ajo y pimiento verde, delicioso y refrescante durante los meses de verano.


La historia del gazpacho es incierta, pero se cree que debe existir desde que lo hace el pan, como forma de aprovechamiento del mismo, ya que se le mojaba con agua, y se le añadía vinagre, aceite y sal, tal y como aparece en escritos de cocina nazarí, que como vemos se parecía mucho más al ajo blanco, otra sopa fría con los ingredientes que acabamos de contar, añadiendo almendras molidas.

Otra variedad, es el salmorejo, más espesa y sencilla, con pan remojado, ajo, tomate, aceite, vinagre y sal, que se sirve con trozos de jamón serrano y huevo cocido.

TORTILLA DE PATATAS
La tortilla de patatas no sólo es uno de nuestros platos estrella, sino que lo encontrarás en todos los bares y restaurantes del país.


Su elaboración es sencilla, ya que se fríe la patata lentamente (a ritmo de cocción) en aceite de oliva, con o sin cebolla y sal, y se escurre y mezcla con el huevo posteriormente, para hacer una tortilla.

Sus orígenes se remontan al año 1.798 en el pueblo de Villanueva de la Serena en Badajoz, donde dos hacendados ilustrados con la ayuda de las amas de casa del lugar, trataban de encontrar un alimento barato para paliar la hambruna

PULPO A LA GALLEGA
El también conocido como pulpo a feira, es un plato sencillísimo, donde una vez más se muestra la máxima de la cocina española de trabajar con alimentos de calidad.


El pulpo se cuece introduciéndolo durante unos segundos en una olla con agua hirviendo, y repetirlo hasta tres veces, así el pulpo conserva la piel y se queda blando, aunque si se congela antes, conseguirás también ese efecto.
Se sirve en rodajas sobre una tabla de madera, con un poco de aceite de oliva, sal y pimentón dulce espolvoreado por encima.

¡Esperamos que os haya resultado interesante la publicación de hoy!
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