Hoy rendimos homenaje a una de las actividades más antiguas para la subsistencia de la humanidad. Y a todos y todas las agricultoras del Mundo. Que perpetúan y comparten con la sociedad tan hermoso, duro y necesario oficio.
El 9 de septiembre se celebró el Día Mundial de la Agricultura, una actividad de gran importancia para el desarrollo sustentable de las naciones en el mundo.
La agricultura es una actividad milenaria por medio de la cual se cultivan y producen alimentos para el consumo humano.
No obstante, con el crecimiento de la población y de la demanda y consumo, la producción altamente tecnificada y a gran escala de alimentos (también conocida como agricultura industrial) está devastando el planeta.
Queremos aprovechar para recordar que la agricultura en su formato más sostenible, puede impulsar la restauración y la salud de los ecosistemas.
En sus orígenes, la agricultura fue descubierta por las mujeres; dado que se practicaba dentro del lugar en el que vivían, la obtención y la producción de alimentos era de manera sostenible y en armonía con la naturaleza.
Los pueblos originarios, que con el tiempo se fueron especializando, desarrollaron técnicas para, por ejemplo, evitar la erosión del suelo y limitar el uso del agua; también inventaron huertos flotantes, para aprovechar los campos inundados.
Aún en la actualidad, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los pueblos indígenas suelen cultivar una variedad de especies nativas y una multitud de variedades que se adaptan mejor a los contextos locales y son a menudo más resilientes a la sequía, la altitud, las inundaciones u otras condiciones extremas.
En la época moderna. La agricultura industrial o a gran escala, está asociada a la extensión de monocultivos, a la deforestación de ecosistemas de gran valor y al uso de grandes dosis de productos químicos, como fertilizantes, plaguicidas y herbicidas sintéticos.
Los cultivos desarraigados de la naturaleza generan desequilibrios en el suelo, empobreciéndolos y haciéndolos altamente vulnerables a enfermedades y plagas, además contaminan los acuíferos y cursos de agua.
Sí, la agricultura puede ser devastadora cuando no se hace con conciencia y cuidado del medio ambiente.
Por ello, y más en esta fecha queremos recordar la importancia de la agricultura respetuosa y sostenible con el medio.
¡SÍ SE PUEDE!
¡Gracias a todos y a todas por seguirnos!
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