- Disminuye el estrés. Estar alegres nos ayudará a reducir el estrés. Está comprobado que reírnos hace que se segreguen hormonas encargadas de reducir el estrés (por ejemplo adrenalina o endorfinas).
- Mayor autoestima. Estar felices nos ayudará a tener mejor opinión sobre nosotros mismos/as
- Más empoderamiento. Nos ayudará a obtener más fuerza e impulso interior a la hora de afrontar los conflictos/problemas que nos pueda plantear el día a día.
- Más y mejor rendimiento. La alegría proporciona mayor y más sana energía para afrontar las tareas, cuidados, ejercicios del cotidiano.
- Potencia nuestro lado más creativo y curioso
- Tiene un demostrado nexo con la salud física, una buena salud mental repercutirá en positivo a nuestro sistema inmune.
- Mayor y mejor calidad del descanso y el sueño. Reduce considerablemente la ansiedad.
- Incrementa la edad media de vida. Muchos estudios mencionan que las personas alegres y felices viven más que las que no lo son.
- Bienestar emocional. Ayuda a acompañar mejor el dolor emocional ante una pérdida o un acontecimiento doloroso, al igual que algún episodio físico.
- Hacemos ejercicio además, cuando nos reímos se ponen en marcha más de 35 músculos.
- Es un reforzador de conductas. Cuando sentimos alegría tras la ejecución de una conducta, la probabilidad de que repitamos esa conducta aumenta.
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas.
Defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos.
Defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias.
Defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres.
Defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
Defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría”.